13/AGOSTO/2007
Enloquece con derrota Jorge Hank Rohn
José Gil Olmos / Proceso
Las pretensiones
de la familia Hank de regresar a los más altos niveles de la política
nacional se frustraron, por el momento, con la estrepitosa derrota de Jorge
Hank Rhon, ante el candidato panista José Guadalupe Osuna Millán, en los
comicios del domingo 5 por el Gobierno de Baja California.
El fracaso del empresario Jorge Hank Rhon, precedido
por el de su hermano mayor, Carlos, en 2004 cuando peleó la candidatura del
Estado de México a Enrique Peña Nieto echó abajo el proyecto de retomar los
pasos de su padre, el jerarca del grupo Atlacomulco, Carlos Hank González.
Pero además de los hermanos Hank, el gran perdedor es,
una vez más, Roberto Madrazo, quien impulsó las aspiraciones de los dos
vástagos del profesor para gobernar ambas entidades.
Ahora, el grupo del tabasqueño resiente los efectos de
una derrota que le sabe más amarga, porque detrás del cuarto triunfo
consecutivo del PAN en Baja California está Elba Esther Gordillo, quien, de
acuerdo con una grabación obtenida por Proceso, en una reunión privada con
decenas de líderes magisteriales de todo el país reunidos en Tijuana el
jueves 2, ordenó parar a los rojos que se apoderaron del PRI y permitieron
que permeara la impunidad, el narcotráfico y las mafias.
Ese día, reunidos en el salón Alba de Tijuana, los
líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)
traídos por la maestra desde todos los estados, con gastos pagados,
escucharon la orden de impedir la victoria de Jorge Hank.
No venimos a robar urnas, ni venimos a taquear
(rellenar urnas), no venimos a hacer el trabajo sucio de nadie; venimos a
trabajar, venimos a vigilar, venimos a promover el voto. Que nadie se vaya a
confundir, no hay línea porque si la hubiera se las digo yo, porque tengo el
valor de hacerlo. No hacemos carrusel, no somos mapaches, no venimos a hacer
tacos, no hacemos eso. Venimos a detener a los colorados conforme a la ley,
justificó Gordillo.
Pero el domingo de la elección, los maestros salieron
a operar a favor del panista Osuna Millán, a pesar de que la Policía
municipal de Tijuana, controlada por Hank, detuvo a 55 profesores en la
entrada de los hoteles donde se hospedaban; algunos, incluso, dentro de sus
habitaciones, en un intento por impedir su actividad.
A partir de la una de la tarde, 10 mil integrantes del
SNTE que estaban en casas particulares y en hoteles a donde no llegó la
Policía salieron a la calle. Recorrieron casillas para promover el voto
azul, sobre todo en distritos importantes como el 11, 12 y 13 de Tijuana, e
influyeron en los resultados.
Las órdenes de Gordillo se cumplieron al pie de la
letra. La marea roja, como se autodenominaron los hankistas vestidos de
playera o camisa escarlata, como los seguidores de Madrazo en la campaña de
2006, quedó rebasada y el empresario más importante de los centros de
apuestas en el país sufrió una abrumadora derrota, con una diferencia de
siete puntos.
Proyecto familiar
Un día antes de la elección, los hermanos Jorge y
Carlos Hank Rhon asistieron al estadio del CREA de Tijuana para ver a su
equipo de futbol, los Xoloitzcuintles de Caliente cuyos integrantes, para no
variar, también se visten de rojo. No son pocas las veces que se les ve
juntos, pero ese día era especial; querían mostrar fuerza y unidad de grupo.
Por eso invitaron al estadio a los reporteros de la fuente política, para
que los vieran festejar los tres goles de su equipo desde el palco principal
reservado para ellos y sus hijos. Era una fiesta familiar.
Así es el clan de los Hank, casi siempre están juntos
y sobre todo en ocasiones importantes. Por eso no fue extraño ver a Jorge
Hank acompañado de su madre, María Guadalupe Rhon.
De alguna manera, Roberto Madrazo pertenece a la
familia Hank y comparte sus proyectos. Tras la muerte de su padre, Roberto
recibió el apoyo del profesor. En 1971, con apenas 20 años, el tabasqueño
fue nombrado asesor de las empresas SAC de Construcción y Comercial
Inmobiliaria La Unión, propiedad de Carlos Hank González.
En 1979, cuando Hank era titular del Departamento del
Distrito Federal nombró a Roberto Madrazo como su asesor, y lo envió a la
Universidad de Los Ángeles, California, para que estudiara un diplomado en
urbanismo. Dos años después, en 1981, con la ayuda del profesor fue nombrado
delegado de Magdalena Contreras.
La relación de Madrazo con los Hank rebasa lo político
y toca lo íntimo: Isabel de la Parra, actual esposa del ex candidato
presidencial del PRI, antes fue esposa de Cuauhtémoc Hank Rhon, ya
fallecido, con quien tuvo una hija, Daniela, a quien el tabasqueño considera
como si fuera suya.
Con el tiempo esta relación se ha estrechado. 2004 fue
clave para los planes de los Hank y de Madrazo. Ese año, como presidente
nacional del PRI, Roberto Madrazo lanzó la candidatura de Jorge Hank a la
Presidencia Municipal de Tijuana, mientras que a Carlos Hank lo propuso para
la candidatura al Gobierno del Estado de México.
Con el regreso de los Hank (Proceso 1424) se trataba
de revivir el sueño del grupo Atlacomulco: ganar la Presidencia de la
República, algo que el Profesor no pudo lograr, pues entonces estaba vigente
el artículo 82 constitucional que impedía a hijos de extranjeros ser
candidatos presidenciales.
A la muerte del profesor, el 11 de agosto de 2001, sus
hijos Carlos y Jorge quedaron como herederos directos del Grupo Atlacomulco,
el más poderoso con que ha contado el PRI. Para entonces, los hermanos Hank
ya eran dueños de bancos, refresqueras, inmobiliarias, centros de apuestas y
de industrias dedicadas a la construcción, a la transportación aérea y
marítima y a la fabricación de herramientas. De esta manera, eran dos de los
hombres más ricos del país.
Pero la dinastía Hank también estaba sujeta a
investigaciones en México y Estados Unidos, por su presunta vinculación con
el crimen organizado. Desde 1996, The Washington Post publicó una
investigación oficial sobre Jorge y Carlos Hank Rhon, quienes aparecían
implicados en presuntas maniobras de lavado de dinero, junto con Raúl
Salinas de Gortari, a través de la paraestatal Conasupo. Tres años después,
en 1999, la corresponsal en Washington del periódico El Financiero, Dolia
Estévez, dio a conocer otro informe del Gobierno estadounidense en el que se
investigaba a los dos hermanos por presunto lavado de dinero en un banco de
su propiedad, el Laredo Nacional Bank.
Pese a todo, en 2004 Jorge Hank ganó la Presidencia
Municipal de Tijuana, ciudad donde radica desde 1985 y en la cual ha fincado
su emporio de juegos de apuestas Caliente, que actualmente se ha expandido a
22 estados de la República y a 12 países. De acuerdo con datos de la
Secretaría de Gobernación, Hank Rhon obtuvo ganancias estimadas en 7 mil
millones de pesos en los primeros seis meses de 2007, a través de 104
centros de apuestas incluido el famoso hipódromo Agua Caliente, de Tijuana.
Con una campaña onerosa, basada en una fortuna
estimada en más de mil 200 millones de dólares, Jorge, el menor de los
hermanos Hank, le arrebató Tijuana al PAN, municipio que este partido tenía
en su poder desde 1989, cuando ganó por primera vez en su historia la
Gubernatura de Baja California.
Pero su hermano mayor, Carlos, dueño también de una
inmensa fortuna, se quedó en el camino. Fue derrotado por el grupo de Arturo
Montiel, que impuso a Enrique Peña Nieto como candidato priista al Gobierno
del Estado de México.
Madrazo, impulsor político de los hermanos Hank,
siguió su propia carrera hasta alcanzar la candidatura presidencial en 2005,
algo que no habían logrado Alfredo del Mazo, Emilio Chuayffet e Ignacio
Pichardo Pagaza, todos ellos identificados con el Grupo Atlacomulco fundado
por Isidro Fabela.
Sin embargo, ante la derrota de Madrazo en la elección
presidencial de 2006, la figura de Jorge creció. En febrero de 2007 Hank fue
designado candidato a Gobernador de Baja California, y con ello se convertía
en la esperanza de este grupo político para renovar fuerzas rumbo a la
elección presidencial de 2012.
Pero antes que el dinero pesó más el negro historial
de Jorge Hank: las acusaciones de que protegió al asesino del periodista
Héctor El Gato Félix, Antonio Vera Palestina; los presuntos vínculos de la
Policía de Tijuana con el Cártel de los Arellano, y los señalamientos de que
impulsaba la industria del secuestro desde la Presidencia Municipal de
Tijuana. Su derrota ante Osuna Millán canceló el proyecto presidencial del
grupo político y empresarial del Estado de México.
La cara de la derrota
El domingo por la noche, al final de la jornada
electoral, cuando ya todas las encuestas daban como ganador a Osuna Millán,
Jorge Hank perdió los estribos y a gritos exigía explicaciones a sus
estrategas de campaña, Eduardo Bernal, al senador Fernando Castro Trenti, al
que todos llaman El Diablo, al publicista Carlos Alazraki y al líder del
PRI en el estado, Mario Madrigal.
¿Estoy perdido? inquiría a gritos mientras alzaba un
pequeño garrafón de agua y lo vaciaba sobre su boca, pero bañándose el
rostro, recuerda uno de los presentes que habló con el reportero.
Todo lo que gasté, las encuestas, los cierres de
campaña, ¿no sirvió de nada? ¡Contéstenme! ¡Esta vieja me chin…!,
preguntaba fuera de sí refiriéndose a Elba Esther Gordillo. Pero no hubo
respuesta.
El empresario estaba vencido, derrotado. Desde hacia
un año había invertido 300 millones de pesos, según estimaciones de su
propio equipo, para ganar la elección de Gobernador. Su compadre Roberto
Madrazo y sus amigos Emilio Gamboa, Manlio Fabio Beltrones, Fernando Castro
Trenti, Eduardo Bernal, José Murat, Carlos Flores Rico y Carlos Alazraki, lo
habían motivado para competir y estaban convencidos de que podía ganar.
Pero esa noche del 5 de agosto, Hank resintió el vacío
que le hizo la dirigencia nacional del PRI a lo largo de su campaña. Salvo
en los cierres, la presidenta del partido, Beatriz Paredes, asistió sólo a
unos cuantos actos. De hecho, el día de la elección, la tlaxcalteca llegó
muy tarde, después de las 10 de la noche, al centro de operaciones de Hank
construido en el Palenque de Tijuana, cuando los panistas ya festejaban su
triunfo.
En el transcurso de la tarde de ese domingo, la
estructura electoral del PRI diseñada por el político mexiquense, Eduardo
Bernal, con base en el acarreo y la compra de votos hasta en 5 mil pesos
–según denunció en su momento el candidato a gobernador del PAN, José
Guadalupe Osuna– fue literalmente barrida por los maestros del SNTE,
quienes en grupos de cinco y acompañados por legisladores y operadores del
PAN comenzaron a recorrer los distritos más competidos de Tijuana para
impulsar el voto azul.
La estrategia de ingeniería electoral diseñada por la
Maestra, basada en un trabajo de captación selectiva de electores y de
representantes de casilla, a partir de la lista nominal del IFE rindió
mejores frutos. A las 4 y media de la tarde los priistas ya sabían que iban
perdiendo y para entonces Jorge Hank exigía a su equipo una solución.
Un asistente a la reunión, quien pidió el anonimato,
describió la escena de la siguiente manera: Hank estaba descompuesto,
titubeba, tomaba agua directamente del garrafón; a gritos pedía
explicaciones y salidas. Mario Madrigal, líder del PRI en el estado, pidió
un voto de confianza de que la estructura reaccionaría al cierre de las
casillas. El senador Castro Trenti y Eduardo Bernal propusieron sabotear la
elección y echarle la culpa de Elba Esther Gordillo; otros propusieron
prepararse para la derrota, denunciar la intervención de la Maestra y exigir
la anulación. Pero nadie tomó una decisión.
Dos horas después se confirmaba la derrota y Hank
explotó. El asistente a esta reunión confió al reportero la escena: Los
ojos se le llenaron de lagrimas y con el rostro descompuesto gritó ¡Qué
pasó, que me contesten estos cabrones! ¡Se los va a llevar la chingada si me
vieron la cara! ¿Qué pasó? les gritó a Castro Trenti y a Bernal, a quienes
amenazó con arruinarles su carrera política. Y como nadie le contestaba, él
mismo se respondió: ¡Esta vieja me chingo!.