Zona sísmica

elka chanilla

Créditos: www.lacronica.com 29 agosto 2010

Fragmento...

El próximo 1 de octubre se instala un nuevo Congreso del Estado que marcará otra diferencia con su antecesor, además de su sello mayoritariamente opositor: Será la Cámara de Diputados de los líderes sindicales. Con el revocamiento de la constancia de diputado por representación proporcional, que se le había entregado al panista Raymundo Vega Andrade, y la entrega de la misma a la líder sindical Arcelia Galarza Villarino, quien es militante de Nueva Alianza, se cierra el que tal vez fue el capítulo más polémico de la pasada elección estatal.

 

La forma en que, en apariencia, el PAN obligó a Vega a disciplinarse, habla del respeto, por no decir temor, que el blanquiazul le tiene a Elba Esther Gordillo Morales, líder del poderoso SNTE, quien ha conseguido cada vez mayores cotas con su Partido, no solamente en Baja California, sino en muchos estados, aliada lo mismo con panistas, que con priistas y perredistas. Galarza, muy cercana a Gordillo, recibió en el proceso de reclamo de su curul el apoyo no solamente del PAN, sino del PRI mismo. Sabedores los tricolores, y en especial el grupo de los llamados "Diablos", de que podrían necesitar un día ese voto, para realizar cambios constitucionales, no dudaron en mostrarle su respaldo a Galarza en la búsqueda de la diputación que ayer, finalmente, el Tribunal Electoral del Estado le concedió con su sentencia.

 

Pero la líder de la Sección 2 del SNTE no estará sola: Gregorio Carranza, quien dirige la Sección 37 del mismo sindicato, le acompaña en el Congreso. Así, Elba Esther tendrá a sus dos líderes más importantes del Estado, ocupando curules en la Cámara de Diputados local. En el PRI, por su parte, Virginia Noriega Ríos, líder de la Sección 42 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, también formará parte de la 20 Legislatura. Al igual que Galarza, la mandamás sindical de los trabajadores sanitarios llegó por la vía de la representación proporcional. La presencia de estos tres líderes sindicales, hace que nuevamente se plantee un cuestionamiento: ¿A quién le van a servir Carranza, Galarza y Noriega como diputados? ¿A sus agremiados? ¿A los líderes nacionales de sus sindicatos? ¿A sus partidos políticos? ¿A la ciudadanía?