n añejo problema sindical en el magisterio vuelve a surgir ahora que la Sección 37 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) recuperó el edificio sindical que ostentaba desde hace un par de años el Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación (SETE) en Tijuana y hace unas semanas las condiciones generales de trabajo del Sistema Educativo Municipal.

Lo triste es que este movimiento magisterial que logró lo que pocos habían conseguido, debilitar al SNTE, se encuentra en un ocaso que raya en la mudez ahora que su principal líder, Héctor Lara Moreno, fue descalificado por quienes antes lo siguieron y padece una enfermedad que lo sacó de combate. Los más perjudicados con el decaimiento del SETE son los que creyeron en el proyecto y apostaron en él hasta sus salarios, todo para crear un nuevo movimiento magisterial al margen de la polémica Elba Esther Gordillo Morales, odiada por muchos pero ensalzada por otros que se cobijan bajo su poder.

Resalta que sea precisamente ahora, cuando el líder de la Sección 37 del SNTE Gregorio Carranza Hernández llegó a la Legislatura local, que su sindicato vapulee tan fuerte lo que queda del SETE, quien en su tiempo logró hasta el reconocimiento del gobierno a través del Issstecali, cuando Salvador Morales Riubí les otorgó las primeras jubilaciones en la historia del sindicato. El temor de los maestros adheridos al SETE porque llegara Carranza Hernández a la diputación no estaba infundado, pues seguramente muchos veían en su ingreso a la Legislatura el trastazo final al sindicato que consideraron un anhelo hasta romántico de sus condiciones laborales.