Observadores ciudadanos  de la educación en BC

Por José Luis Molina Hernández

Fuente: www.lacronica.com 13 agosto 2009


La asociación Observadores Ciudadanos de la Educación en Baja California, que aglutina a muy connotados líderes de opinión, asume de entrada una misión fundamental con respecto a la educación que se imparte en el Estado y en el País: El reto de permanecer alerta, mantener abierto el debate, hacer patente la necesidad de discutir el rumbo, no aceptar la clausura de las ideas y rechazar enérgicamente cualquier imposición.


Y es que pasamos de un mundo monolítico a otro plural, de las exclusiones “normales” a las inclusiones forzadas: De las “viejas” a las mujeres empoderadas (vía conciencia de género), de los “jotos” a los homosexuales y luego a los gays, de los “vagos” a los jóvenes inadaptados y a las identidades juveniles, de los “enanos” a la gente pequeña, de los “ciegos” a los invidentes y de los minusválidos a los discapacitados, y de ahí a las personas con capacidades diferentes.


Lo que cambió no fue sólo la etiqueta, sino el valor de cada uno de los grupos marginados: De seres con derechos restringidos o sin ellos, a ciudadanos de pleno derecho, aunque haya que pelear para ejercer tales derechos.
Eso es la democracia, y el mayor problema de la democracia es la democracia misma.
Así lo ilustra el caso de los niños testigos de Jehová y sus expulsiones de las escuelas de educación básica, que involucra una polémica jurídica irresuelta, un debate pedagógico vigente, las diferencias entre los propios maestros, los problemas psicológicos de los actores, el problema religioso en sí mismo, así como el problema valoral de fondo. Es decir, nada es tan simple como quieren verlo algunos actores sociales que reducen todo a un punto de vista válido y correcto (el de ellos), contra otro supuestamente ilegal, ilegitimo e inmoral (el de los “otros”, claro).


La educación sexual también es materia de polémica enconada, ya que hay quienes le apuestan a la cerrazón mental, soslayando las implicaciones éticas y de derechos humanos que involucra este tema.
Hablamos aquí de embarazos tempranos, de VIH-sida y enfermedades de transmisión sexual, de violaciones y pederastia, de insatisfacciones sexuales y sublimación de los instintos, de que la gente desconoce su cuerpo y su sexualidad, y de un grave problema de conocimiento que se registra entre profesores y alumnos.


Súmele a ello la promoción de imágenes explícitamente eróticas en mensajes comerciales de los propios empresarios que en otro frente reprochan la libertad sexual (qué paradoja, rechazan la educación sexual al mismo tiempo que lucran con la pornografía).
Estamos, pues, frente a un mundo nuevo de múltiples interrelaciones, de universos virtuales que conectan al planeta y posibilitan al sujeto todas las transgresiones, y que a fin de cuentas convierten a cada sujeto en un medio de comunicación.
Ahí está la esencia de la democracia, que es por sí misma problemática y por ello requiere del diálogo constante, la reflexión y la apertura.
Arranquemos, pues, en esta nueva tarea, en esta etapa renovada de la OCE-BC y en lo que asumimos como una misión permanente: Conservar abiertas las puertas y transitables los caminos, mantener los ojos atentos, la mente lúcida y el ánimo dispuesto.
Sigamos discutiendo y no aceptemos las censuras ni las inquisiciones, que lo que está en juego es el futuro, la sociedad que heredaremos a nuestros hijos y el sueño de libertad por el que hemos luchado toda la vida, y eso no es poco.

El autor es director de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Mexicali/presidente de Observadores Ciudadanos de la Educación en BC.
Correo: josluimolher@hotmail.com