México: reestructuras financieras

Colaboración de Jacques Rogozinskis, Director General de Nacional Financiera

 

Una lamentable característica en México cuando hablamos de temas relacionados con economía y finanzas es la falta de cultura financiera, ya no digamos del conocimiento de complejas y sofisticadas operaciones en los mercados bancario y bursátil, sino en torno a elementos básicos como lo es la relación crediticia entre un cliente -institucional o persona física- con sus acreedores.

 

Regresé a México hace 11 meses, tras 17 años de radicar en los Estados Unidos, y desgraciadamente confirmo este poco entendimiento generalizado entre la población, pero incluso también en algunos analistas y editorialistas, que al abordar temas financieros no exhiben el más mínimo rigor en cuestiones elementales.

 

Va un ejemplo: el anuncio hecho hace unos días sobre la reestructuración de créditos de nómina contratados por maestros miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), y que fue interpretado como un "rescate" del gobierno federal con recursos públicos.

 

En todo el mundo, es práctica recurrente la reestructuración de créditos como resultado de dos cosas: la búsqueda de mejores condiciones de tasa y plazo por parte del cliente ante eventuales situaciones de mercado, o bien la feroz competencia entre instituciones, que ofrecen ventajas a quien consolide sus adeudos con tal o cual intermediario.

 

Lo que está haciendo el gobierno actual con la cartera crediticia de afiliados al SNTE, y a petición de su dirigencia sindical, es precisamente buscar cómo disminuir su tasa de interés a través de un mecanismo de mercado. No hay tal rescate, sino una reestructura en la que un fideicomiso del Banco Nacional de Ahorro y Servicios Financieros (BANSEFI) liquida los adeudos convirtiéndose en el acreedor de 300 mil docentes que verán reducida su carga financiera y que seguirán cubriendo sus créditos, a menor tasa y con mayor plazo.

 

Al tratarse de una masa financiera tan pulverizada y con una fuente de pago segura (la nómina de los profesores), el riesgo crediticio es estadísticamente muy bajo, lo que permite mejorar condiciones en beneficio de los acreditados. Asimismo, a mi entender, es evidente que los maestros en México no suelen cambiar de trabajo, lo cual incrementa la certeza de pago.

 

Más aún, esos recursos -alrededor de 5 mil millones de pesos- provienen de fondos de Nacional Financiera, cuyo propósito justamente es conseguir dinero más barato en el mercado para traducirlo en mejores tasas y plazos para clientes. Y justamente hace unos días, Nafinsa logró emitir certificados bursátiles para allegarse de recursos a la tasa más baja que haya logrado históricamente, tomando el control de la colocación y utilizando por primera vez el mecanismo de subasta sindicada..

 

El beneficio de las reestructuras no es plenamente reconocido en México porque la competencia entre intermediarios es aún muy baja. Y a pesar de que la ley permite esquemas de mercado para mejorar condiciones crediticias, los costos financieros se mantienen altos, con poca movilidad de cuentas entre los intermediarios.

 

Esta es uno de los elementos que deberán mejorar con la Reforma Financiera, que contempla modificaciones que facilitarán la sustitución de acreedores al eliminar los gastos registrales que hoy se tienen que realizar. Con estos cambios, se paga el crédito original con el crédito nuevo y no es necesario constituir nuevas garantías. En suma: mayor competencia y menor costo en beneficio de los acreditados finales, que ayude a cambiar la errónea percepción de que las reestructuras como las del SNTE son "rescates".