HOMBRES Y MUJERES QUE HAN HECHO HISTORIA

 

Por Yesenia Martínez Montoya

Corresponsal de Portal 37 en Chiapas

TUXTLA GUTIERREZ, CHIAPAS., 6 DE FEBRERO DEL 2009, En estos tiempos atribulados existen hombres y mujeres que viven del escándalo público y como consecuencia generan ganancias millonarias a televisoras, medios impresos y de Internet, pero acaso estamos perdiendo la memoria y nos hemos convertido en fans de títeres que en el momento de un examen patriótico, desgajan a su antojo nuestro glorioso himno nacional, reflexionemos y démosle valor a quien valores profesa y ejerce, ese tipo de valores que nuestros padres y nuestros maestros nos enseñaron y siguen enseñando, tomemos ejemplo de quienes nos han heredado una patria libre, llevemos a las calles a los hogares la civilidad y nuestro amor por México, son tiempos difíciles pero saldremos adelante, ya lo dijera una Chiapaneca distinguida en un discurso de Septiembre del 2006, la Maestra Elba Esther Gordillo Morales, EDUCAR ES EL CAMINO.


Dr. Belisario Domínguez

Distinguido médico, político, orador y benefactor de Chiapas, nació el 25 de abril de 1863 en la ciudad de Santa María Comitán. Hijo de los señores Cleofás Domínguez Román y doña María del Pilar Palencia Espinosa. Nieto paterno de don Quirino Domínguez, gobernador del Estado de Chiapas (1832-1833), y de doña Rosalía Román; sobrino del general José Pantaleón Domínguez, Gobernador de Chiapas (1864 a 1875); y, posteriormente, abuelo del general Absalón Castellanos Domínguez, Gobernador Constitucional del Estado, 1982-1988. En fin, fue descendiente de una familia acomodada y políticamente distinguida.

Sus estudios de primeras letras los realizó en su ciudad natal y los de bachiller en el Instituto Literario y Científico del Estado (1877-1879), en la ciudad de San Cristóbal  Las Casas, Chiapas.

El 2 de noviembre de 1879 parte para París, Francia, para ir a estudiar medicina; esto, por sugerencia del profesor francés Eduardo Labbé. Sin embargo, al llegar a París sus estudios preparatorios no fueron reconocidos, por lo que tuvo que volverlos a estudiar en el Instituto Chevaliere, mismos que concluyó el 19 de julio de 1883. El 16 de octubre de 1884 ingresa como alumno de París a la Universidad de Francia, los que concluye con éxito el 17 de julio de 1889, obteniendo el título de médico cirujano, partero y oculista.

El 14 de diciembre de 1889 regresa a su ciudad natal, convirtiéndose en el primer médico de la ciudad.

El Dr. Domínguez se distinguió como médico del pueblo  por su bondad, abnegación y dedicación. A los indígenas no solamente no les cobraba la consulta sino que les regalaba las medicinas. Para él no había días de descanso ni para sus enfermeras Delina Zebadúa, su esposa y su hermana Herlinda. El Dr. Domínguez fue el más destacado y querido de los médicos no solo de Comitán sino de todos los pueblos aledaños: Zapaluta (La Trinitaria), Pinola (Las Rosas), Teopisca, Las Margaritas, La Independencia, Socoltenango, Tzimol, San Cristóbal, entre otros.
El 2 de noviembre de 1890 contrae matrimonio con la señorita Delina Zebadúa Palencia, su prima hermana, lo que provocó un gran escándalo entre la sociedad de su época. Procrearon cuatro hijos: Matilde, Hermila, Carmelita y Ricardo.

El año de 1902 fue fatal para el Dr. Domínguez: el 13 de octubre falleció su papá y el 22 de diciembre su esposa Delina.

El 28 de abril de 1930 edita un periodiquito titulado “Chiapas” de solo dos páginas en la Ciudad de México, Distrito Federal. Un año después, publica “El Vate”, periódico de filosofía. Literatura y variedades, cuyo primer número circuló el 23 de febrero de 1904 en la Ciudad de México, Distrito Federal.

En 1911 fue presidente municipal de Comitán, mejora el sistema municipal del agua potable, impulsa la apertura de caminos, la educación y la modernización del Hospital Civil.

En 1913, como senador suplente en funciones por el Estado de Chiapas, publicó un discurso en contra del presidente usurpador de la República general Victoriano Huerta, mismo que no le fue permitido leerlo en el congreso de la Unión. El discurso fue publicado clandestinamente el 26 de septiembre de 1913 en la imprenta de don Adolfo Montes de Oca por la señorita María Hernández Zarco (1889-1976) y fue distribuido por el joven Luís Espinosa. En este discurso, el Dr. Domínguez exigía patrióticamente la renuncia  del presidente Victoriano Huerta.

Fragmento del Discurso

El discurso que le costo la vida al Dr. Belisario Domínguez decía:

“…Señores Senadores: …Durante el Gobierno de don Victoriano huerta, no solamente no se ha hecho nada en bien de la pacificación del país, sino que la situación actual de la República es infinitamente peor que antes: la Revolución se ha extendido en casi todos los Estados; muchas naciones, antes buenas amigas de México, rehúsanse reconocer su gobierno, por ilegal; nuestra moneda encuéntrase depreciada en el extranjero; nuestro crédito en agonía; la prensa de la República amordazada o cobardemente vendida al gobierno y ocultando sistemáticamente la verdad… Sin embargo, señores, un supremo esfuerzo puede salvarlo todo. Cumpla con su deber la Representación Nacional y la Patria estará salvada, y volverá a florecer más grande, más unida y más hermosa que nunca… El mundo está pendiente de vosotros, señores miembros del Congreso Nacional Mexicano, y la Patria espera que la honréis ante el mundo, evitándole la vergüenza de tener por Primer Mandatario a un traidor y asesino”


Consecuencias del discurso
Esta publicación molestó enormemente al dictador Victoriano huerta, quien mandó a aprehender y asesinar en Coyoacán, el 7 de octubre de 1913, al Dr. Belisario Domínguez. El asesinato del senador chiapaneco provocó una enérgica protesta por parte de la Cámara de Diputados, misma que fue disuelta por órdenes del general Huerta y al mismo tiempo que fueron arrestados 90 diputados y senadores.

Fue así como terminó la vida de un hombre íntegro, valiente y patriota, que ofrendó su vida por la libertad de prensa y expresión.

Futuras generaciones le han rendido diversos homenajes póstumos. El 3 de septiembre de 1915, por acuerdo de sesión de cabildo del municipio de Comitán, se le agrega el apellido del Dr. Belisario Domínguez, el héroe civil más grande de México, a la ciudad de Comitán, quedando desde entonces como Comitán de Domínguez.  En 1952 fue instituida en el Senado de la República la Medalla de Honor “Belisario Domínguez”, en memoria del mártir de la palabra libre. Y el 23 de diciembre de 1958, a solicitud del H. Ayuntamiento de Metapa,   el H. Congreso del Estado de Chiapas agrega al municipio de Metapa el apellido Domínguez en homenaje póstumo al Dr. Belisario Domínguez, el héroe civil más grande de América. Páginas Históricas de Chiapas.


     Histórico discurso del Dr. Belisario Domínguez    

 

Señor Presidente del Senado:

Por tratarse de un asunto urgentísimo para la salud de la Patria, me veo obligado a prescindir de las fórmulas acostumbradas y a suplicar a usted se sirva a dar principio a esta sesión, tomando conocimiento de este pliego y dándolo a conocer enseguida a los señores Senadores.

Insisto, señor Presidente, que en este asunto debe ser conocido por el Senado en este mismo momento, porque dentro de pocas horas lo conocerá el público y urge que el senado lo conozca antes que nadie.

Señores Senadores:

Todos vosotros habéis leído con profundo interés el informe presentado por don Victoriano Huerta ante el congreso de la Unión el 16 del presente (1913).

Indudablemente, señores Senadores, que lo mismo que a mi, os ha llenado de indignación el cúmulo de falsedades que encierra ese documento. ¿A quién se pretende engañar, señores? ¿Al Congreso de la Unión? No, señores, todos sus miembros son hombres ilustrados que se ocupan de la política, que están al corriente de los sucesos del país y que no pueden ser engañados sobre el particular. Se pretende engañar a la Nación Mexicana, a esta noble Patria que, confiando en vuestra honradez y vuestro valor, ha puesto en vuestras manos sus más caros intereses.

¿Qué debe hacer en este caso la Representación Nacional? Corresponder a la confianza con que la Patria ha honrado, decirle la verdad y no dejarla caer en el abismo que se abre a sus pies.

La verdad es esta: durante el Gobierno de don Victoriano Huerta, no solamente no se ha hecho nada en bien de la pacificación del país, sino que la situación actual de la República es infinitamente peor que antes: la Revolución se ha extendido casi en todos los Estados; muchas naciones, antes buenas amigas de México, rehúsanse reconocer su Gobierno, por ilegal; nuestra moneda encuéntrase depreciada en el extranjero; nuestro crédito en agonía; la prensa entera de la República amordazada o cobardemente vendida al Gobierno y ocultando sistemáticamente la verdad; nuestros campos abandonados; muchos pueblos arrasados y, por último, el hambre y la miseria en todas sus formas, amenazan extenderse rápidamente en toda la superficie de nuestra infortunada Patria.

A qué se debe esta triste situación?

Primero, y antes que todo, a que el pueblo mexicano no puede resignarse a tener por Presidente de la República a don Victoriano Huerta, al soldado que se apoderó del poder por medio de la traición y cuyo primer acto al subir a la presidencia fue asesinar cobardemente al Presidente y Vicepresidente legalmente ungidos por el voto popular, habiendo sido el primero de estos quien colmo de ascensos, honores y distinciones a don Victoriano y habiendo sido él, igualmente a quien don Victoriano Huerta juró públicamente lealtad y fidelidad inquebrantable.

Y segundo, se debe esta triste situación a los medios que don Victoriano Huerta se ha propuesto emplear para conseguir la pacificación. Esos medios ya sabéis cuáles han sido: únicamente muerte y exterminio para todos los hombres, familias y pueblos que no simpaticen con su Gobierno.

“La paz se hará cueste lo que cueste”, ha dicho don Victoriano Huerta. ¿Habéis profundizado, señores Senadores, lo que significan esas palabras en el criterio egoísta y feroz de don Victoriano Huerta? Esas palabras significan que don Victoriano Huerta está dispuesto  a derramar toda la sangre mexicana, a cubrir cadáveres todo el territorio nacional, a convertirse en una inmensa ruina toda la extensión de nuestra Patria, con tal de que él no abandone la Presidencia, ni derrame una sola gota de su propia sangre.

En su loco afán de conservar la Presidencia, don Victoriano Huerta está cometiendo otra infamia; está provocando el pueblo de Estados unidos de América un conflicto internacional, en el que, si llega a resolverse por las armas, irían estoicamente a dar la vida y a encontrar la muerte todos los mexicanos sobrevivientes a las matanzas de don Victoriano Huerta, todos, menos don Victoriano Huerta, ni don Aureliano Blanquet, porque esos desgraciados están manchados con el estigma de la traición y el pueblo, y el ejército los repudiarían, llegado el caso.

Esa es, en resumen, la triste realidad. Para los espíritus débiles parece que nuestra ruina es inevitable, porque don Victoriano Huerta se ha adueñado tanto del poder que, para asegurar el triunfo de su candidatura a la Presidencia de la República, en la parodia de elecciones anunciadas para el 26 de octubre próximo, no ha vacilado en violar la soberanía de la mayor parte de los Estados, quitando a los gobernadores constitucionales e imponiendo gobernadores militares que se encargaran de burlar a los pueblos por medio de farsas ridículas y criminales.

Sin embargo, señores, un supremo esfuerzo puede salvarlo todo. Cumpla con su deber la Representación Nacional y la Patria esta salvada, y volverá a florecer más grande, más unida y más hermosa que nunca.

La representación Nacional debe deponer de la  Presidencia de la República a don Victoriano Huerta, por ser él contra quien protestan con mucha razón todos nuestros hermanos alzados en armas y, de  consiguiente, por ser él quien menos puede llevar a efecto la pacificación, supremo anhelo de todos los mexicanos.

Me diréis, señores, que la tentativa es peligrosa porque don Victoriano Huerta es un soldado Sanguinario y feroz, que asesina sin vacilación ni escrúpulo a todo aquel que le sirve de obstáculo. ¡No importa, señores, la Patria os exige que cumpláis con vuestro deber, aún con el peligro y aún con la seguridad de perder la existencia! Si en vuestra ansiedad de volver a ver reinar la paz en la República os habéis equivocado, habéis creído en las palabras falaces de un hombre que os ofreció pacificar a la Nación en dos meses y le habéis nombrado Presidente de la República, hoy que veis claramente que este hombre es un impostor inepto y malvado, que lleva a la Patria con toda velocidad hacia la ruina, ¿dejaréis por temor a la muerte que continúe en el poder?

Penetrad en vosotros mismos, señores, y resolved esta pregunta: ¿qué se diría de la tripulación de un gran navío que en la más violenta tempestad y en un mar proceloso, nombrara piloto a un carnicero que, sin ningún conocimiento náutico, navegara por primera vez y no tuviera más recomendación que la de haber traicionado y asesinado al capitán del barco?

Vuestro deber es imprescindible, señores, y la Patria espera de vosotros que sabréis cumplirlo. Cumpliendo ese primer deber, será fácil a la Representación Nacional cumplir los que de él se derivan solicitándose enseguida de todos los jefes revolucionarios que cesen toda hostilidad y nombren sus delegados para que, de común acuerdo, elijan al Presidente que deba convocar a elecciones presidenciales y cuidar que éstas se efectúen con toda legalidad.

El mundo está pendiente de vosotros, señores miembros del Congreso Nacional Mexicano, y la Patria espera que la honréis ante al mundo, evitándole la vergüenza de tener por Primer Mandatario a un traidor y asesino.

Dr. Belisario Domínguez,
Senador por el Estado de Chiapas.


NOTA: 
Urge que el pueblo mexicano conozca este discurso, para que apoye a la Representación Nacional; y no pudiendo disponer de ninguna imprenta, recomiendo a todo aquel que lo lea que saque cinco o más copias, insertando también esta nota, y la distribuya a sus amigos y conocidos de la capital y a los Estados ¡Ojalá hubiera un impresor honrado y sin miedo! Vale.

(Copia textual del manuscrito que se encuentra en el AGECH, septiembre de 1913)

Bibliografía

Páginas Históricas de Chiapas. Boletín del Departamento del Archivo General del Estado, no. 16, octubre de 1998. Editor: José Luís Castro Aguilar.

capacitacionseg_@hotmail.com