Fuente: lacronica.com 15 octubre 2008
Hace ya algunas semanas el presidente Felipe Calderón, a través de la titular
de la SEP, Josefina Vásquez Mota, en concertación con la profesora Elba Esther
Gordillo, presidenta del SNTE, concertaron una Alianza para la Calidad
Educativa en el País, un documento cuyo fin básico es que a partir de ya,
todas las plazas que sean entregadas a los profesores estarán sujetas a un
examen de calidad, de conocimientos y capacidad por parte de los maestros.
Esta medida complica sin más el poder del SNTE, que por décadas ha tenido para
entregar las plazas.
Si bien es cierto que se ha terminado el tiempo en que el líder sindical tanto
en los estados como en el ámbito nacional hacía y deshacía en materia de la
entrega de plazas, es decir, hoy, mal que bien existe un escalafón que se
aplica cada vez con más frecuencia y se ha convertido en realidad. Salvo
algunos “prietitos en el arroz”.
Aquellos fueron los años del PRI en el poder y el SNTE, como otros organismos
laborales eran totalmente impositivos, se hacía lo que la dirigencia
respectiva ordenaba. En aquellos años, amigos, amantes, familiares e
incondicionales del líder sindical tenían mucha posibilidad de ocupar una
plaza. Hoy, reitero, el escalafón funciona mal que bien, y maestrías,
diplomados y cursillos son válidos para que el maestro vaya superando su
profesionalismo y en consecuencia subir su puntaje en el citado escalafón, que
le sirven a la vez, para mejorar su sueldo y aspirar a plazas y ascensos.
Esto lo sabe la profesora Elba Esther y lo conoce bien Josefina Vázquez Mota.
Aún con esto, que de hecho está funcionando en la práctica, por lo menos aquí
en Baja California, no sé en el resto del País, no le faltan problemas a la
SEP y al SNTE, como los acontecimientos de Morelos en este momento, por
ejemplo.
Sin embargo, en los recientes exámenes practicados a los profesores para
conocer su capacidad y sus conocimientos, resultaron con una muy baja
evaluación, en lo general. Las expectativas de la Secretaría de Educación no
se cumplieron, pese a diplomados cursillos.
Pero lo fundamental de esta nota consiste en enviar a los maestros, a los
lectores y a los padres de familia de todo el País una pregunta perspicaz, una
especie de inquietud que se podía perder en la penumbra gris que se mueve
entra la parafernalia misma de la profesora Elba Esther, el SNTE y las huestes
de Andrés Manuel López Obrador, la APPO y otras hierbas. Esto desde luego se
ha recrudecido a raíz de los acontecimientos de Morelos, en donde los
profesores gritan a los cuatro vientos no a la modernización de la educativa,
como diciendo: “No hay mejor época que los tiempos viejos”. Eso de prepararse
para ser mejores -¡a quién se le ocurre!- son puras patrañas de la maestra
Elba Esther y la Vázquez Mota. Por la anarquía hasta la muerte; o mejor aún
hasta la ignominia. Eso de hacer exámenes de calidad para ser mejores sólo se
le puede ocurrir a la “malosa” Elba Esther, enemiga vitalicia del viejo SNTE.
Parecieran enunciar en sus actos estos profesores lopezobradoristas.
¿O de qué otra forma se puede entender esta protesta de los profesores de
Morelos?
En efecto, exámenes a los mejores profesores para que tengan prioridad en la
ocupación de nuevas plazas es sin duda una muy positiva medida para la
educación de los niños de México pero a grupos como la APPO y CNTE, entre
otros, preferentemente afiliados al PRD, se encuentran en pleno rechazo a esta
Alianza para la Calidad Educativa. Lamentable pero no es de esperase otra
actitud de estos agrupamientos en contra de todo. Por ello cierran carreteras,
bloquean la Reforma de la ciudad de México y en fin, todo lo que sea necesario
hacer para recuperar los viejos tiempos del liderazgo sindical priista, en
donde, como anoté, las reglas del juego sólo estaban en un personaje llamado
líder, líder sindical, en donde amantes, amigos e incondicionales eran los
primeros.
Rubén G. Benavides es artista plástico local.