Discurso del profesor Juan Díaz de la Torre, electo Secretario General
Ejecutivo del CEN del SNTE,
durante la XXXI Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del Sindicato, en
sustitución del profesor Rafael Ochoa Guzmán
(7 y 8 de junio de 2011)
Maestra Elba Esther Gordillo
Presidenta de la XXXI Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de nuestro
Sindicato.
Compañeros integrantes de la mesa de los debates.
Compañeras y Compañeros Concejales.
Son grandes y complejos los retos y desafíos que enfrenta el movimiento
sindical en el mundo y de los que no somos la excepción.
Fundamentalmente aquellos que se derivan de la irrupción en el escenario, del
modelo globalizador durante la segunda mitad del siglo XX.
La mundialización de la economía, que trajo consigo durante los últimos
decenios, lo que parecen ya lugares comunes de nuestro vocabulario y de
nuestras reflexiones.
A saber:
Los conceptos de Productividad, Competitividad, Eficiencia, Eficacia, Capital
Humano y algunos otros que son ya los ejes que definen prácticamente todos los
procesos de la producción y de las relaciones entre los trabajadores y sus
empleadores.
El vertiginoso desarrollo y aplicación de las nuevas tecnologías en todos los
órdenes; pero fundamentalmente en las de la información, que al estar accesibles
prácticamente para todos:
• Modificaron de raíz los mecanismos de la comunicación entre nosotros
• Cambiaron las formas de acceder a los saberes
• Se crearon nuevas variantes en la conformación de la opinión pública
• Se modificaron los procesos por los que hoy se construyen las nuevas
corrientes de opinión
• Los liderazgos sociales cada vez pasan menos por el espacio que alguna vez fue
privilegiado de los viejos esquemas sustentados en el mecanismo de la prebenda,
el favoritismo y el control sobre la gestión y administración de las demandas
de los trabajadores
Por otro lado, la debilidad de los Estados nacionales y los gobiernos de
prácticamente todas las tendencias y colores partidistas, para anticipar estos
fenómenos y gestionar una agenda pública que logre atemperar sus impactos en los
sectores sociales más desprotegidos, aquellos que no cuentan con los elementos
mínimos para identificar, aprovechar o resistir sus consecuencias.
Para decirlo de otra manera;
La fragilidad del entramado institucional frente a las normas y formas que hoy
impone el mercado.
En otros casos, la falta de voluntad y de compromiso de quienes acceden a los
espacios de dirección o de gobierno, para imaginar y crear los instrumentos de
orden institucional en la Salud, en la Seguridad, en el Empleo, en la Educación,
que permitan a millones de ciudadanos insertarse en el esquema, en condiciones
mínimas de certeza desde donde puedan potenciar su esfuerzo hacia mejores
condiciones de vida y de movilidad social.
Es decir, acceder a los beneficios del modelo que los tiene y muchos, pero que
están siendo concentrados por minorías privilegiadas.
Enfrentamos:
El embate contra el sindicalismo por parte del Corporativo Económico/Industrial
y sus voceros, señalándonos no solo como el obstáculo para extender sin
contrapeso a un sistema que niega o cuando menos quiere ver de soslayo los
principios básicos de la convivencia entre los seres humanos y que es el
sustento que da vida a nuestras organizaciones:
El principio solidario.
Sino que además, con los grandes recursos que tienen a su alcance, nos culpan
ahora, irresponsablemente, del deterioro social y del fracaso de las políticas
públicas derivadas de este esquema.
Y en el extremo de la intolerancia, la idea de conculcar a los trabajadores
organizados, el derecho que tenemos como ciudadanos de participar en la política
y la definición de la agenda pública.
Permítanme por favor, repetir solo dos preguntas que otros han hecho públicas
recientemente:
¿En dónde están los Bancos que los trabajadores han quebrado?
¿Cuál es la crisis por la especulación financiera que propiciaron los
trabajadores?
Es exactamente lo contrario:
Con ambiciones desmedidas, han dilapidado y fracturado el Capital Social que
construimos todos, durante el penoso ascenso de nuestra sociedad en busca de
mejores condiciones de vida.
Sumado a lo anterior, está el aislamiento, la dispersión y la ausencia de una
estrategia mundial por parte de los trabajadores y sus organizaciones para dar
respuesta puntual a tales embates.
Tenemos frente a nosotros:
• Las nuevas formas en la organización del trabajo.
• La disminución sistemática en el mundo del número de trabajadores
sindicalizados.
• La precarización del trabajo. En la que las certezas de un empleo permanente
son cada vez más bajas.
Los porcentajes cada vez más altos del trabajo deslocalizado, que impiden a los
trabajadores negociar organizadamente sus demandas y aspiraciones y que en
muchos casos, no es posible siquiera, conocer el espacio físico donde se cubre
la jornada laboral diaria.
Nuestro país no es la excepción y en nuestra agenda del cada día también
encontramos a quienes propagan y multiplican afirmaciones sin sustento, algunos
de mala fe, otros por ignorancia y algunos más, porque viven de eso.
Ante esto, se hace necesario renovar el compromiso que históricamente los
trabajadores de la educación hemos tenido y tener claridad de miras en lo que
hoy nos toca realizar para vincular nuestras tareas de corto, mediano y largo
plazo con las acciones que en el pasado hemos desarrollado.
Desde el viejo poema pedagógico de la Escuela Rural mexicana;
Pasando por el gran acuerdo de 1943 con la unificación de las diversas
organizaciones de trabajadores de la educación que entonces existían,
posibilitando con ello, el nacimiento de nuestro sindicato, en un momento en el
que el país requería de sus maestros para consolidar las instituciones apenas en
ciernes; hasta:
Las múltiples acciones y propuestas que desde 1989 venimos realizando y
proponiendo como Sindicato en nuestro compromiso con la construcción de un
estado democrático, participando en la operación del tejido político de México y
nutrirlo de contenido desde el privilegiado espacio de la educación.
Hemos impulsado con visión desde la crisis de 1989, acciones que superaron el
inmovilismo;
Afirmamos ante los gobiernos y la sociedad nuestro derecho a ser partícipes en
el rumbo de la educación.
Visualizamos con oportunidad el reto que las transformaciones globales trajo
consigo, y cuando solo se hablaba de la cobertura como el indicador básico de
nuestro sistema educativo.
Asumimos a la calidad como objetivo prioritario;
Frente a los diferentes niveles de desarrollo social, económico y político de
las entidades del país, asumimos también como país a la equidad y la pertinencia
como imperativos básicos.
¿Qué acciones y propuestas hemos impulsado desde entonces?
• La reforma estructural y política del SNTE.
• En 1989 los10 Diálogos Nacionales y la Movilización para la Modernización del
Sistema Educativo.
• En 1992 firmamos el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación
Básica, haciendo énfasis en la revisión y actualización de Planes, Programas,
Contenidos y Materiales Educativos y en la Revaloración de la Función Social de
los Docentes.
Impulsamos en ese Acuerdo para su incorporación a la Ley General de Educación:
• La rectoría del Estado en educación.
• El carácter nacional de la educación, (tema que por cierto requiere hoy día,
una reflexión profunda sobre los riesgos de la balcanización de nuestro sistema
educativo).
• La obligatoriedad de la Educación Secundaria.
• El programa Nacional de Carrera Magisterial que puso desde entonces en el
centro de nuestras acciones, el reto de mejorar el desempeño de nuestra tarea
cotidiana.
• La obligatoriedad de los Consejos Escolares de Participación Social en la
Educación.
• El Calendario Escolar de 200 días.
• Los Gobiernos Estatales con voz en materia educativa.
• El gran debate sobre los libros de texto de Historia. Reivindicando el valor
de la Historia en la formación de los ciudadanos. Garantizando además, la
orientación de sus contenidos con apego al Artículo 3º Constitucional.
• La creación de la Fundación para la Cultura del Maestro en 1991.
• La creación del Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de América.
• A partir de 1992, la realización de los Congresos Nacionales de Educación, que
lograron entre otros temas: Establecer en la Ley que se destine cuando menos el
8% del PIB a educación y la obligatoriedad de la Educación Preescolar.
• En 2002, la firma del Compromiso Social por la Calidad de la Educación del que
se derivó en su momento, la creación del Instituto Nacional de Evaluación
Educativa.
• Desde 2003, los Encuentros Nacionales de Padres de Familia y Maestros, de los
que surgen las comunidades de aprendizaje para vincular a la escuela, la familia
y la comunidad;
• El programa Guía de Padres;
• Y; el impulso a la Ley General de los Derechos Lingüísticos de los pueblos
indígenas.
• En 2008, la Alianza por la Calidad de la Educación.
• Apenas durante el pasado mes de mayo, el Acuerdo para la Reforma a los
Lineamientos del Programa de Carrera Magisterial.
• La Evaluación Universal como necesidad de obtener un diagnóstico formativo que
genere estrategias pertinentes y oportunas para las mejores competencias
profesionales.
• La propuesta para dotar al INEE de Autonomía para la evaluación del sistema
educativo.
Ahí están los hechos para quien quiera realizar un análisis objetivo y serio de
lo que hemos realizado, encontrando ahí mismo, la respuesta a la pregunta sobre
al lado de quien ha estado el SNTE.
Al lado de la sociedad, de nuestros alumnos y de las comunidades.
Compañeros Concejales:
Desde este contexto, es desde donde debemos tomar una decisión:
¿Cuál es el lugar que queremos ocupar cada uno de nosotros en el futuro que ya
empezó y que requiere de nuestro concurso, para el desarrollo y ejecución de las
acciones que permitan alcanzar los objetivos institucionales de nuestra
organización?
¿Cómo dirigentes, tenemos claro la dimensión del reto que hoy enfrentamos?
Por lo que respecta a quienes hoy hemos sido distinguidos como integrantes del
Comité Ejecutivo Nacional y de los Órganos de Gobierno permanentes del SNTE,
ofrecemos, trabajar al límite de nuestras capacidades para tomar con dignidad la
estafeta que hoy se nos entrega.
En este momento, es oportuno y propicio para dar al Profr. Rafael Ochoa Guzmán,
nuestro reconocimiento a su esfuerzo, a su lealtad al SNTE, a los trabajadores y
al liderazgo de la Maestra Elba Esther Gordillo durante el tiempo que le ha
correspondido ocupar la Secretaría General Ejecutiva de nuestro Sindicato.
Estamos seguros de que desde su posición en la representación popular en el
Senado de la República y desde la trinchera que ocupe sindicalmente, seguirá
impulsando y defendiendo a su sindicato y a la educación pública de México.
Toca ahora vincular sistemáticamente los programas sindicales, educativos y
profesionales del Comité Ejecutivo Nacional con los desarrollados por los
Comités Ejecutivos Seccionales y Delegacionales con objetivos comunes y
estrategias definidas, a partir del gran proyecto nacional de nuestro Sindicato.
Profundizar el programa que ya está en marcha para la activación y capacitación
estratégica de los representantes de escuela, que nos garantice el que el
sindicato reforzará su acercamiento y vinculación con nuestros compañeros en
cada centro de trabajo y con la comunidad.
Compañeros todos:
Tenemos grandes retos.
Pero frente a todo esto.
Tenemos Sindicato y claridad en lo que hay que hacer.
Tenemos una historia de lucha;
Tenemos proyecto y; fundamentalmente;
Tenemos la fortuna de tener lo que muchos no tienen.
Tenemos un liderazgo.
Un liderazgo sólido, valiente, con visión de futuro, que tiene acreditado en los
hechos su capacidad en el diseño de las estrategias que no solo dan viabilidad
a nuestro sindicato en su consolidación democrática, plural, tolerante y de
respeto a nuestras diferencias ideológicas y partidistas.
Sino en su vigencia como instrumento para que los trabajadores de la educación
tengamos un fortalecimiento creciente en nuestras reivindicaciones salariales,
profesionales, laborales y asistenciales.
Un liderazgo que posiciona permanentemente al SNTE en la defensa de la Escuela
Pública, Laica, Gratuita, Popular y de Calidad.
Un liderazgo que se pone al frente en la construcción de las grandes iniciativas
nacionales que favorezcan la estabilidad social y una mejor calidad de vida para
los mexicanos.
Un liderazgo que ha antepuesto a todo, el interés supremo de México;
El interés de la organización sindical;
Que para orgullo de los trabajadores de la educación, es no solo una
extraordinaria dirigente, sino que ha logrado ser ya, un referente obligado en
la conformación de la agenda educativa, social; gremial y política de nuestro
país.
Ese es nuestro activo fundamental. El liderazgo único e indiscutible de nuestra
Presidenta:
¡La Maestra Elba Esther Gordillo!
Este liderazgo compañeros, sin duda alguna, lo requerimos para seguir caminando
con certeza y con imaginación;
Señalándonos el rumbo y las tareas que cada uno debamos realizar.
Al observar el camino que hemos recorrido, podemos ver con objetividad y con
satisfacción la consolidación y validez de un proyecto sindical;
Algo que lamentablemente otras organizaciones que ya no están en la geografía
política o ya no entran en el mapa político de la toma de decisiones del país,
no han podido defender.
Nuestros dos grandes ejes de lucha siguen vigentes:
La defensa y fortalecimiento de la educación pública de calidad con equidad para
todos y;
La defensa de las legítimas aspiraciones, intereses y conquistas de los
trabajadores de la educación.
Esa es la riqueza de la escuela sindical que ha cimentado y desarrollado nuestro
sindicato bajo el liderazgo de la Maestra Elba Esther Gordillo.
Esto es lo que ha marcado la diferencia:
Tener causas;
Tener rumbo;
Tener liderazgo.
Igualmente, sigue vigente por su eficacia la estrategia de los cambios rápidos y
audaces;
Con capacidad de análisis para entender la lógica de su desenvolvimiento y;
La decisión de lucha para encabezarlos, reencauzarlos, reorientarlos o anularlos
si no corresponden a las necesidades y proyectos de la sociedad mexicana de este
siglo.
Las tareas son claras, el rumbo está definido, asumamos cada uno nuestra
responsabilidad y trabajemos con profesionalismo, lealtad y sentido de equipo
por un sindicato cada vez más comprometido con las causas de la sociedad y de su
aspiración de un país mejor.
¡VIVA EL SNTE!