Para empezar, trascendió que el principal opositor a este relevo es el sindicato magisterial en sus dos secciones, nada más por el comportamiento que ha tenido el doctor hacia los empresarios de que sólo hace lo que él cree conveniente y a nadie más escucha que a él, por lo que por ahí es donde se rompería la relación Estado-maestros.

Segundo, por fuentes muy cercanas del Sistema Educativo Estatal nos enteramos que aún no está firmado el calendario escolar, que se tiene que negociar con los líderes sindicales del magisterio, y tampoco se ha signado el aumento salarial que cada inicio de ciclo escolar “se dan” los maestros. Y por tercero y tal vez el más importante, que a la candidata del Panal Arcelia Galarza Villarino, dirigente del SNTE Sección 2, a su decir, le quieren quitar la diputación que obtendría por mayoría relativa, o sea por el gran número de votos que consiguió frente a su competidor Gregorio Barreto Luna en el popular Distrito 13 de Tijuana.

Si el gobernador Guadalupe Osuna Millán no atiende toda esta serie de indicadores que se los han dejado ver por hombres desde adentro y afuera de círculo de mando, nos dicen desde el equipo cercano a Osuna Millán que veremos un rompimiento entre el magisterio y el Estado y la autoridad. Y esperemos que sólo sean especulaciones, porque si algo hace falta, es contar con la seguridad de que los niños bajacalifornianos tendrán sus clases como debe marcar el manual y los profesores deben dar su cátedra sin complicaciones. Ya veremos, pues de último momento nos llegó el dato que el secretario de Gobierno Cuauhtémoc Cardona se entrevistó con Galarza para solicitarle amablemente que dejara que las cosas siguieran su curso. Ya veremos.