Las potencias del magisterio
Visión académica
Alfonso Lizárraga Bernal
albyrcm@yahoo.com
Fuente: http://www.lacronica.com/EdicionDigital/Ediciones/20140819/pdfs/GENERAL_9.pdf

Inicia un nuevo ciclo escolar marcado por una conflictividad, que desde nuestra perspectiva, es a dos niveles: Unos son específicos y otros son de fondo. Los específicos: no les pagan viejos adeudos salariales. Por esta razón, miles de maestros provenientes de todo el Estado se manifestaron en el Centro Cívico. Son más de 32 mil maestros de las Secciones 2 y 37 que han trabajado durante meses sin recibir su respectivo salario; a otros les adeudan el pago de sus pensiones.

 

La deuda del gobierno Estatal asciende a 265 millones de pesos. Los conflictos magisteriales con las autoridades Estatales, son expresiones todavía muy débiles si las comparamos con los problemas de fondo que aquejan a la educación del país; problemas por los que desde hace años vienen luchando los maestros del resto del país. Muchos son los Estados que viven en permanente movilización e inconformidad: Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Veracruz, Quintana Roo, entre otros. Llevan años resistiendo los embates del sistema.

 

En algunas ocasiones se les ha reprimido violentamente. Las razones de su inconformidad es un campo problemático amplio y complejo. No obstante, se puede condensar en uno prioritario, la ofensiva gubernamental por imponer un nuevo régimen de relaciones en toda la educación y su magisterio; con medidas dictadas por las trasnacionales de la educación: La OCDE (Organización de Cooperación y desarrollo Económico), el BM (Banco Mundial), etc. Quienes pretenden imponer un nuevo régimen disciplinario de formación, control y subordinación, tanto de la educación como del magisterio, a los intereses del gran capital. En el fondo, las matrices neoliberales le temen al magisterio, dado que puede convertirse en un gremio “peligroso” para el sistema.

 

El neoliberalismo necesita imponer un nuevo régimen jurídico y control de la formación de los seres humanos que les garantice un nuevo nivel de subordinación, obediencia y actitudes deseables para sus intereses. Esto implica un cambio en las estructuras valorales, actitudinales, de competencias, de esfuerzo, productividad y sobretodo, obediencia. El viejo sistema sindical le disputaba parte del poder. Por eso deciden encarcelar a Elba Esther Gordillo. Al neoliberalismo de hoy no le interesa compartir el poder con ninguna casta social como la burocracia sindical; al contrario le interesa subordinar, como ya lo hace con el Estado Mexicano.

 

En ese sentido, el capital financiero ve a la burocracia sindical como estorbo, pero la tolera, a condición de mayor sumisión, sin tener que ceder o hacer ninguna concesión (antes les repartía cierta cantidad de curules, presidencias municipales e incluso gubernaturas. Eso desde hace tiempo se acabó). El neoliberalismo ve que el magisterio en algún momento puede romper las ataduras mentales que bloquean su potencial y convertirse en un gremio central para la vida del país. Su poder está en las aulas, en las ideas, en el conocimiento y el potencial despliegue de su conciencia política en las calles. Claro que para que eso suceda, necesita algunos “dispositivos” que detonen sus potencias. Tales dispositivos son los que pretende desarmar con la “Reforma Educativa”, que permite al Estado asegurar el control del ingreso, permanencia y subordinación del magisterio. Cuando el magisterio cobre conciencia de su potencia, nadie lo parará.

 

El autor es catedrático de la UPN campus Mexicali.