La existencia del SNTE está en riesgo

Profr. Ignacio Montes Cárdenas

Se empieza a morir, cuando se deja de luchar.

 

Si un sindicato, cualquiera de que se trate, no puede garantizar el derecho a la estabilidad en los empleos de sus agremiados, está en peligro de desaparecer: no hay sindicato si no hay trabajadores con empleo.

 

Si un sindicato, como el SNTE y todos los que están en el servicio público, no puede defender las plazas de sus agremiados, que la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, dice que les pertenecen: ¿Entonces para qué sirve?

 

Si el derecho al trabajo, es un derecho humano fundamental protegido por nuestras leyes, ¿Por qué amenazar que la estabilidad personal y de tu familia estará en un riesgo constante, si no te “aprueban” el Gobierno y sus patrones tu desempeño en el aula?

 

¿Cómo podría el SNTE, sin traicionarse, aceptar un supuesto Servicio Profesional Docente, sin conocer previamente sus términos, para defender los derechos legítimos de sus agremiados? ¿No sería lo mismo que firmar un cheque en blanco?

 

¿Cómo culpar nada más al maestro de la crisis de la educación, si el profesor sólo es una pieza de engranaje de lo que el Gobierno decide? Todos sabemos que programas, estrategias didácticas, evaluaciones, libros de texto, entre otros, es responsabilidad exclusiva de la SEP: ¿Lo sabrá también la opinión pública? Hace falta revivir la alianza padres de familia-maestros para informarles correctamente la situación y conocer sus opiniones.

 

¿Cómo se puede evaluar a los alumnos y a los maestros con una prueba estandarizada, que pasa por alto las enormes diferencias socioeconómicas en que se presta el servicio educativo a lo largo y ancho de la República? ¿Juzgar igual a los desiguales?

 

El capitalismo y sus gobiernos siempre maquinarán para despojar a los trabajadores de las prestaciones y reivindicaciones que les hemos arrancado en una lucha histórica para mejorar nuestras condiciones de trabajo y el bienestar de nuestras familias. Quisieran vernos reducidos a lo básico y acrecentar todavía más sus ganancias.

 

El SNTE, como los otros sindicatos, no es propiedad de sus dirigentes, sino un órgano de lucha que nos hemos dado los trabajadores. Los dirigentes requieren sensibilidad para apreciar el grave riesgo que corre nuestro Sindicato y facilitar la participación de la base sindical, no sólo en las medidas de protesta, justificables, por lo demás, sino también en la toma de las decisiones que nos permitan preservar nuestro empleo, nuestro Sindicato y nuestra educación pública, hoy amenazadas por los patrones y su Gobierno.

 

Por otra parte, los jubilados también somos miembros del SNTE y demandamos que seamos convocados, como los trabajadores en activo, a dar nuestro aporte a la lucha que es de todos. Como diría Alfredo Zitarrosa en una de sus canciones: Siento que hay un sitio para mí en las filas, que se ve ese vacío, que hay una respiración que falta, que defraudo una espera…falta mi cara en la voz del pueblo…mis zapatos quitando el polvo, en la contemplación del mañana.

Tijuana, B. C. a 4 de febrero de 2013

imontes_c@prodigy.net.mx

El autor es maestro jubilado. Miembro de la D-IV-2 de la Sección 37 del SNTE