Juegos de poder
Habla la maestra I
Leo zuckermann*
Créditos: www.lacronica.com 24 mayo 2010
El jueves, junto con Javier Tello, entrevisté a Elba Esther Gordillo en FOROtv. A la maestra hay que reconocerle su disposición a entablar un diálogo franco frente a las cámaras de la televisión. Son muy pocos los líderes sindicales en México dispuestos a un ejercicio de este tipo. Recupero lo que nos dijo la maestra ya que creo que nos da una visión muy interesante de qué piensa una de las mujeres más poderosas del país sobre la educación, el papel que juega el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el sindicalismo en México.
Gordillo reconoce que la situación de la educación en México está en crisis. Es
muy relevante que la líder del magisterio coincida en este diagnóstico con todos
los especialistas en la materia. Para la maestra, la mayor crisis, por la
situación demográfica, está en la educación secundaria.
Elba Esther cree que el mayor problema es que en México no hay una política
educativa de Estado. Apunta hacia las autoridades de la Secretaría de Educación
Pública (SEP): “Han llegado personajes muy valiosos políticamente pero no hemos
tenido un Vasconcelos o un Justo Sierra. Alguien que vaya a hacer su trabajo de
educación”. Afirma que no es por golpear a los secretarios que han llegado; sólo
le parece que tiene que ser nombrado alguien que sepa de educación.
Por lo demás, la maestra concede que “tenemos que ir al fondo; reestructurar a
fondo”.
Le preguntamos qué era un buen maestro para ella. Nos contestó que alguien que
tiene vocación, entrega, mística, emoción, convicción en la profesión que
desempeña. Su papel es cambiar el entorno; despertar el interés por saber, por
conocer, por entender. En su respuesta no mencionó, sin embargo, que un maestro
tiene que estar preparado para ejercer su profesión, por lo que inmediatamente
pasamos a este tema comenzando por el reclutamiento del magisterio.
Aquí la maestra reconoció que existe una debilidad del sistema educativo
nacional. La consideró como un “fracaso enorme”. Por dos razones. En primer
lugar porque no existe en México una verdadera orientación vocacional. A los
estudiantes no se les da una asesoría profesional de a qué deben dedicarse, y
eso aplica no sólo a los aspirantes a la carrera magisterial sino a todas las
profesiones.
Pero hay otra razón que, en lo personal, me parece más importante. Elba Esther
reconoce que hay un “drama en el reclutamiento” de los maestros. Hasta hace
poco, en el México corporativo, la carrera magisterial se estudiaba para
inmediatamente tener un trabajo. Los maestros entraban a las escuelas
normalistas para asegurar una plaza de por vida. La maestra reconoce que esto
derivó en un sistema fallido que se fue viciando “por la corrupción en la SEP y
en mi propio gremio”. Las plazas se vendían, se heredaban, se rentaban y hasta
se otorgaban por favores sexuales. Había que tener buenas relaciones políticas.
Gordillo concede que todavía existen estas prácticas. Pero el sistema está
cambiando a raíz de la Alianza por la Calidad Educativa. Ya van dos ciclos de
contratación de maestros que se hacen por medio de exámenes de oposición.
Supuestamente entran los que salieron mejor en el concurso.
En la entrevista, la maestra ya había admitido que en el país existían muchas
escuelas normales. Había calificado a algunas como “patito”. También había
concedido que los planes y programas de las escuelas de maestros no eran buenos.
Sin embargo, cuando le preguntamos por qué les fue tan mal a los aspirantes que
presentaron el examen de oposición para obtener una plaza de maestro, Gordillo
respondió que el problema fue el examen. Lo consideró una mala herramienta de
reclutamiento. Dijo que la SEP no negoció su contenido con el SNTE.
En este tema particular, me parece que la maestra se contradice. Por un lado
reconoce la mala preparación de los maestros (“el que pasen por las normales o
las universidades no son garantes de que los maestros salgan bien”) pero, por el
otro, se rehúsa a admitir que los aspirantes a maestros salen tan mal que la
gran mayoría reprueba el examen de admisión al magisterio (“el examen estuvo mal
diseñado”).
Gordillo admite que la imagen de los maestros se ha deteriorado. “Necesitamos
una sociedad que los aprecie”. Hay que prepararlos mejor. Ellos están demandando
precisamente eso. Ya no es un problema salarial como en el pasado donde “el
gobierno hacía como que les pagaba y los maestros hacían como que trabajaban”.
Los salarios han mejorado mucho en los últimos años. Ahora toca revisar la
formación de los profesores comenzando con el reclutamiento de talentos en las
escuelas normales. “Tenemos que definir ya qué maestro queremos para el siglo
XXI”. Hoy, dice la maestra, ya no se requieren profesores que eduquen
revolucionarios sino ciudadanos.
Mañana la segunda parte de la entrevista con Elba Esther Gordillo.
*El autor es analista político/profesor investigador del Centro de Investigación
y Docencia Económicas (CIDE).
Correo electrónico:
leo.zuckermann@cide.edu