Jubilados y jubilables: ¿Nacidos para perder?

Profr. Ignacio Montes Cárdenas

Otra victoria como ésta,

y estoy derrotado.

Pirro. General griego.

 

 

Los trabajadores al servicio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cuando les faltan unos días para cumplir 30 años de servicios, reciben de la Administración del IMSS varios avisos donde les notifican que empezarán a cobrar su pensión inmediatamente después de cumplidos los 30 años de servicios y, en consecuencia, ya no aparecerán en las nóminas de los trabajadores en activo. En el IMSS, la jubilación, aparte de ser un derecho, es también una obligación. Aunque los trabajadores desearan continuar laborando, tal situación no es posible. Aquí no hay lista de espera para jubilarse, como sí sucede con nuestro ISSSTECALI. Compañeros jubilables de la Sección  37 del SNTE y del SETE: otro mundo es posible, como decimos los altermundistas.

 

En lo que a los federales y federalizados concierne, tres meses antes de que les toque jubilarse disfrutan de un “bono de prejubilación” y, si trabajan estos tres meses, se les paga el doble. Lo mismo sucede con los maestros municipales de Tijuana, a pesar de ser aportantes para el ISSSTECALI. Como puede usted observar, Profr. Enrique Meléndez Pérez, Enviado Especial del CEN del SNTE, sí es posible prejubilar a todos los compañeros mientras nuestro Instituto los jubila: todo es cuestión de voluntad política. Tampoco en el ISSSTE hay lista de espera: si tienes la documentación completa puedes jubilarte aunque tardan alrededor de tres meses en que te llegue tu primer cheque como pensionado. Otro problema que tienen es la tardanza en el pago de la prima de antigüedad: duran de 14 a 18 meses en pagárselas.

 

¿Cómo es que hemos llegado a esta situación? Más que un derecho consagrado en la Ley de ISSSTECALI, y que es exigible de inmediato, una vez cubierto los requisitos, pareciera más bien una súplica para que el todopoderoso Gobierno del Estado voltee a vernos, para ver si nos concede su venia. Hemos llegado a la paradoja de que, a pesar de estar escrito, el derecho no lo podemos hacer efectivo. Mire usted, apreciable lector, en una reunión del nuevo Secretario de Educación y Bienestar Social, Dr. Mario Herrera, con el Grupo Gestor, les confesó que no hay suficiente dinero para acabar con el rezago de jubilables y que se verían obligados a pedirle al Gobierno federal dinero para enfrentar la situación. También comentó que las únicas jubilaciones en puerta en febrero eran para compañeros que son enfermos terminales o discapacitados totales. Quiere decir que si quieres que ISSSTECALI te jubile debes estar a las puertas de la muerte para que no  fallezcas en el salón de clases (Se caería la careta de un gobierno con “rostro humano” y se haría evidente su inhumanidad): Los compañeros que no se encuentran en condiciones críticas de salud pueden seguir esperando.

 

A los que ya estamos jubilados se nos quiere vender la idea de que “no afectarán nuestros derechos adquiridos”, pero los hechos son tercos, diría Lenin: hemos sido despojados del bono anual de dos mil pesos que los compañeros activos sí lo recibieron no así nosotros los jubilados. Estamos transitando por el peligroso camino de perder nuestras prestaciones como jubilados ¿y la Sección 37 del SNTE? Bien, gracias. Nuestro Comité Ejecutivo Delegacional de los jubilados estatales de Tijuana está a la espera que la Sección 37 deje de considerarnos agremiados de segunda clase y al fin, reaccione ¿Cuánto tiempo vamos a esperar para tomar este problema en nuestras manos? ¿Nos vamos a amparar ante la evidente violación a nuestros derechos adquiridos por parte de ISSSTECALI y Gobierno del Estado? Nadie lo sabe.

 

¿En qué momento el Gobierno del Estado  y el ISSSTECALI decidieron achicar nuestra jubilación dinámica con el silencio cómplice de la Sección 37 del SNTE y del SETE?

El problema viene desde muy atrás: primero acabaron con las jubilaciones de reparto de los trabajadores privados. Las reformas a la Ley del IMSS de 1996-1997 introdujeron las afores para este tipo de trabajadores. Después, en 2007 les llegó el turno a los trabajadores públicos federales y federalizados (incluidos los trabajadores de la educación). Hoy, el turno es el de los trabajadores estatales y municipales, siguiendo los dictados del FMI, el BM y la OCDE. Los dirigentes oficialistas, dóciles a los patrones públicos y privados, no se han opuesto de verdad, y no retóricamente, (ya que recibieron la Iniciativa de Ley de ISSSTECALI desde  el mes de agosto y no hicieron nada, a lo mejor porque estaban de acuerdo con ella), a esta embestida de los gobiernos neoliberales contra el derecho de jubilación de sus agremiados.

 

El sindicalismo nacional y mundial, libra batallas en retirada frente a los patrones y el Gobierno en estos tiempos neoliberales que vivimos: si no se tiene capacidad para lograr nuevas conquistas sindicales, al menos debía tenerse para defender lo que ya hemos conquistado. Este sindicalismo oficialista se ha convertido en una traba para defender nuestros derechos como trabajadores. Necesitamos limpiar nuestra casa de líderes mercenarios, oportunistas y arribistas (hay, desde luego, sus excepciones) que ven en la Organización un botín para lucrar con nuestra fuerza y así obtener toda clase de canonjías y prebendas para su beneficio personal o de grupo. Los maestros de la base sindical tenemos la palabra para impulsar un sindicalismo democrático.

Tijuana, B. C., a 12 de febrero de 2015

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