Increíble absurdo

La Crónica 15 aosto 2007

Los mexicalenses que leímos ayer LA CRÓNICA, nos encontramos con una noticia increíble: “Amenaza el SETE con bloquear el inicio de clases”, es decir no permitir, así se debe entender, que sean abiertas las escuelas.
El profesor Héctor Lara Moreno, de acuerdo con la nota, manifiesta que en protesta porque el gobierno les ha retenido algunos pagos a maestros del sindicato que representa y la regularización de otros compañeros incluso se ha venido retrasando, todo esto sin duda entre algunos otros problemas entre el mencionado organismo magisterial con el gobierno estatal; por eso entonces, afirma su líder, bloquearán las escuelas.
A los profesores del SETE y a su dirigente les asiste sin duda la razón a defender sus derechos y sus garantías laborales con todo el coraje, la estrategia y los recursos que ellos consideren pertinente, siempre y cuando, agrega el comentarista, no se fastidie, no se afecte, no se agreda; no se pase por alto los derechos de los otros; los otros son los niños, las familias comunes y corrientes que tienen como compromiso fundamental la educación de sus hijos.
Ningún grupo, por cuestiones sindicales, partidistas ideológicos o de pugnas políticas o laborales, tiene el derecho o les asiste la razón para concederse la libertad de semejantes atropellos a terceros.
Esto es muy común en México. Difícil, muy difícil; remoto diría yo, que estas estrategias increíbles sea permitidas en cualquier otro País, llámese Chile, Brasil, Francia o incluso en Cuba. Mucho menos en Cuba, desde luego, nación por la que sin duda cientos de estos “bloquedores” de las instituciones mexicanas suspiran; sean pozos petroleros, calles, autopistas, puentes o escuelas.
Yo soy maestro normalista, egresado de la Escuela Normal Urbana Federal Fronteriza de Mexicali para mayores datos, y por lo tanto deseo (discúlpeme el lector y LA CRÓNICA, por referirme en primera persona) que a los maestros del citado SETE, se les resuelvan favorablemente todas su demandas, pese a que jamás, ni hoy ni ayer, ni lo estaré en el futuro, de acuerdo en que nuestro líderes sindicales manejen en lo “oscurito” las cuotas de los compañeros profesores, sean para jubilaciones, pensiones de retiro o cualquier otra prestación, y que no tengo duda malos manejos en estos recursos fueron la causa que derramó el vaso en este problema y por el cual surgió el SETE en cuestión, cosa quo hoy la mayoría de involucrados callan.
Qué raro ¿no?, al margen de lo que posteriormente se diga y se argumente. Esta verdad fue la verdad incontrovertible, ineludible, no manipulable, al margen de que posteriormente se culpe de todo ello a la lideresa nacional.
Ningún ilícito merece disculpa. Las corruptelas nacionales y también los incondicionales de un grupo no dispensan al contrario. La corrupción de los líderes pesa igual de un lado que del otro. Victimas o victimarios no es disculpa de las trapacerías de unos sean los buenos o las malos. La distorsión nunca es buena; no importa si es Cristo o el Diablo quien la practique; dicho sea metafóricamente para darle sabor al caldo.
Mi tristeza: México y todos nosotros los profesores somos víctimas de la corrupción y lo más lamentable, cientos de maestros nos afiliamos como corderitos a este desorden, solo siguiendo la “luz” y los discursos del patriarca.

Rubén García Benavides es artista plástico local.